“Destaco la posibilidad que da el curso de revisar los errores que cometemos como litigantes en segunda instancia, y recibir recomendación directa tanto en lo sustancial en la redacción del recurso, como en las habilidades practicas al momento del alegato. Cada crítica la tomé como desafío personal para mejorar los próximos alegatos y así mejorar su ejecución”.